LOS QUE SUENAN
Si bien el
torneo todavía no finalizo y el libro de pases no abrió, los
dirigentes ya tuvieron algunos contactos con jugadores y comenzó
la danza de nombres que podrían vestir la casaca rojinegra el
próximo campeonato.
Uno
de los primeros nombres que se vienen nombrando en los últimos
libros de pases,es el jugador de Quilmes Claudio
Corvalán, quien no pudo acordar su salida del Cervecero y eso
impidió que aterrice en el Parque. Aún así, su representante,
Oscar Sirulli, habló y explicó: “No hablamos desde febrero, pero
hubo una promesa de volver a hacerlo, el club dueño del pase del
jugador se comprometió a negociarlo al final de la temporada, a
nosotros Newell´s nos interesa mucho”.
Otros de los jugadores que también
interesaron en otros libros de pases, son los nombres de los
paraguayos, hoy en Racing, Marcos Cáceres y Federico Santander,
ambos le vence el contrato en junio y Marcos Cáceres tendría todo
acordado de palabra con la Lepra para firmar contrato apenas finalice
el torneo. Por su parte Santander no tuvo un buen torneo y es del
paladar de Martino, esto hace pensar que podría ser tenido en cuenta
para una negociación, más aún ante una probable partida de
Maximiliano Urruti.
Por otra parte, están los habituales
nombres de futbolistas con pasado rojinegro, como son Maximiliano
Rodríguez, Gabriel Heinze e Ignacio Scocco. La Fiera se encuentra en
la ciudad ya que fue padre en las últimas horas pero regresar al
Liverpool porque aún tiene contrato y su cláusula de rescisión es
muy alta.
En cuanto Heinze, tuvo charlas con el
entrenador leproso en el último receso pero no pudo concretarse su
arribo, en medios italianos lo vinculan con Newell´s pero no hay
nada confirmado y las voces oficiales permanecen calladas.
En conclucion solo se sabe del acuerdo
con Cáceres que por ahora sería verbal pero claro esta que para que
lleguen algún refuerzo, la lepra tendrá que vender algún jugador
como lo manifestó el propio Gerardo Martino, ademas en esto también
juega un papel importante la refinanciación de la deuda que le
cuesta a la Lepra 5 millones de pesos anuales.
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